Ya pasó más de un lustro desde 2000, ese año con mucho marketing y poco cumplimiento: no vino Cristo ni su ancestral competidor, del fin del mundo no tuvimos ni un mísero atisbo, los virus informáticos no atacaron en masa a las pc y éstas no anduvieron mucho peor que en cualquier otro día. Y para los argentinos hubo una decepción más: tampoco se cumplió (para inmenso pesar de sus seguidores dogmáticos y de sus citadores profesionales, que son muchos más que los anteriores) la vernácula y dicotómica profecía del General, quien aseguró que el año 2000 nos encontraría unidos o dominados. Y ni lo uno ni lo otro, o un poco de ambos.
Sin embargo, parafraseando al citado, estos tiempos nos encuentran excluidos pero tecnologizados. Idea que me surgió hace meses, al ver una noche en el colectivo a un pibe que no llegaba a los veinte años, a quien sin dudas imaginé empleado como cadete en un supermercado que lo explota siete días a la semana y que le paga un sueldo menor a lo que costaba el teléfono móvil que tenía en su mano.
¿Es la exclusión quedar fuera del dominio básico de una pc, como quisieron hacernos creer en los ’90? Con la misma certidumbre, podría afirmar que la tecnología hoy es la gran favorecedora de la exclusión y, a la vez, la aliada de los excluidos. Favorece la exclusión porque millones de personas pierden su empleo por la tecnologización de sus tareas, a la vez que las tecnologías “de mano” (teléfonos móviles, jueguitos portátiles, agendas electrónicas y reproductores de música y videos, en todas sus variantes y escalas de evolución) nos alejan de la realidad circundante, debilitan lazos horizontales y nos abstraen en nuestro ombligo. Pero a la vez es aliada –al menos, transitoriamente– de los excluidos, porque les permite formas de resistencia o, al menos, de comunicación y expresión (desde las más combativas a las más vagas y atorrantas, como este blog).
Con estas breves y sencillas palabras, declaro oficialmente inaugurado mi blog.
Y si alguien se siente defraudado porque no fue abierto el 1º de mayo, tal como lo había anunciado, que tenga en cuenta que, para los detractores del trabajo en cualquiera de sus formas, un feriado nunca está de más…