live idiot

Este sábado, cerca de un millón de imbéciles y un puñado de ventajeros que los llevan de las narices provocarán un fuerte e innecesario impacto ambiental en ocho puntos del planeta (Hamburg, Johannesburg, London, New York, Rio de Janeiro, Shanghai, Sydney y Tokyo, sic) a los que llegarán trasladados en cientos de vuelos y miles de automotores. Lo hacen para tomar conciencia del cambio climático, que es algo muy feo y nada tiene que ver con los consumos innecesarios, ¿verdad?
Fuera de este alarmante grado de coherencia, son indudables los beneficios que aportan este tipo de payasadas. Basta con ver lo bien que se vive en Etiopía veintidós años después del Live Aid que se llevó a cabo en Londres y Filadelfia para luchar contra el hambre en ese país, o la terrible presión que sintió el Grupo de los Ocho hace dos años cuando el Live 8 se le plantó delante exigiendo terminar contra a pobreza de la mano de multimillonarios músicos y productores.
Si bien coincido con Diego Capusotto en que “más boludos se juntan, más boludos se ponen”, me parece que, en este caso, este apotegma no alcanza para explicar el fenómeno.