viernes, junio 30, 2006

condenados al éxito

Falta menos de una hora para el partido que enfrentará a las selecciones de fútbol de Argentina y Alemania. Ya las calles están vacías. En el silencio se presiente la euforia contenida.
Los medios, tanto en sus contenidos (si es que a esa payasada que transmiten en directo desde Alemania o que glosan desde los estudios en nuestro país se les puede llamar contenidos) como en sus publicidades, desean, avalan, añoran, suplican, exigen el éxito.
¿Alguien se preparó para una derrota? ¿Alguien imaginó qué hacer, con qué llenar el tiempo en el aire, cómo contener a la gente a la que desde hace meses se la fogoneó con que somos los mejores del mundo y merecemos ganar?
Si yo me hubiese dejado llevar por las publicidades de Quilmes (para poner el ejemplo más patético), creo que si el equipo argentino perdiera me sentiría habilitado para ir a incendiarle sus oficinas.

Pero, claro, hacer esa relación implica un uso del criterio que difícilmente hagan los muchachos que desde hace un mes viven con el bonete albiceleste en la cabeza y la corneta en la boca.
Parece que a muchos les gusta pensar que es realidad el dicho del ex presidente Duhalde: “los argentinos estamos condenados al éxito”.

1 Comments:

At miércoles, julio 05, 2006 3:05:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

No, no estaban preparados. Por eso ayer se festejó el triunfo de Italia, como venganza ante los alemanes pero también como excusa para sacarse las ganas.

 

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