domingo, octubre 28, 2007

carta abierta a un puñado de pelotudos

Hola. Les escribo hoy recordando los mails que me enviaron en las últimas semanas, esos que con supuesta ferocidad opositora rebosaban de tal puerilidad que sólo lograrían darle más fuerza a quienes pretendían resistirse.
Seguro que ya se perdieron, pero no se preocupen: se lo explicaré con un ejemplo exagerado para que les resulte comprensible. Imaginemos que uno de ustedes me cuenta que anda suelto un tigre por la ciudad. ¿Es eso peligroso? Sí, por supuesto: es muy peligroso. Pero si además me dice que hay que detenerlo porque la semana pasada le robó las llaves de su casa y la ropa que levaba puesta, entró a su casa vestido como él y durante una semana se empernó a su pareja… y… lo más probable es que no me sume a esa cruzada contra el tigre. Y no por ser “tigrista”, sino porque hay cosas que a la inteligencia le repugnan (siempre y cuando haya inteligencia, claro está).
Yo sé que los mails que me enviaban no los habían escrito ustedes, sino que sólo los reenviaban. Lo supe porque el asunto se encabezaba con un “Rv”, pero más indicio aún fue que a ustedes los conozco desde hace años y sé que no les da el cerebro para escribir siquiera esa nadería, sin contar cierta pretensión de clase que les lleva a exhibir un vergonzoso desprecio por cualquier cosa que les huela a mayoría. Sí, sí; después discutimos qué hacen los elegidos con el poder que les fue delegado, pero primero bánquense que son eso, elegidos, nos gusten o no.
En uno de esos mails se decía que no habían sido remitidos todos los telegramas convocando a las autoridades de mesa porque de esa manera el kirchnerismo enviaría a sus secuaces a ocupar esos cargos y manosear los resultados, por lo que nos invitaban a ir temprano a votar para evitar esa maniobra. No se dan una idea con qué interés quisiera saber en este momento cuántos de ustedes se han presentado a las ocho de la mañana en la mesa electoral que les correspondía para así evitar –como buenos ciudadanos que son– el fraude que habían pronosticado. Porque imagino que, además de alarmarse frente al monitor, le han puesto el cuerpo a la causa nacional a la que convocaron, ya sea según el método que promocionaban o habiéndose ofrecido como fiscales extrapartidarios para asegurar la limpieza de los comicios.
Quiero aclararles también que el llamado a no faltar al acto comicial y a votar positivamente (no en blanco) para que Cristina Fernández no lograse superar el 40% de los votos era un llamado que deberían haberle hecho a sus propias historias. Yo no soy el que se ha ido de viaje para eludir mi ínfimo pero efectivo compromiso con la democracia, así que no hacía falta poner tanto empeño para invitarme a hacer lo que siempre hago a conciencia y con buena disposición. Y tampoco he sido yo el que ha puesto una feta de salame o el dibujo de Clemente en el sobre. Quizás, si hacen un breve silencio, aún escuchen en su interior los ecos de sus propias risas de cuando hace seis años esa pelotudez les pareció un festín de originalidad y un mensaje político incontrastable.
No quiero pedirles mucho más, porque ni siquiera podrán mucho menos. Por ese motivo me abstengo de pedirles que intenten pensar por sí mismos y no dejarse llevar por lo que dicen las cadenas de mails, porque todavía creen que la feta de salame fue una propuesta surgida del pueblo.
Algunos de ustedes ya me mandaron a la mierda y aseguran que no volverán a hablarme porque (convencidos de que estoy comprado por el kirchnerismo) ahora soy autoritario (es re contagioso, man). A los que piensan lo mismo pero aún no me mandaron a la mierda ni me han quitado el saludo les aviso que todavía hay vacantes: nunca me niego a sacarme un pelotudo más de encima.
Saludos,
Lucho Bordegaray (según ustedes, un kirchnerista más; según los kirchneristas, un opositor)

5 Comments:

At lunes, octubre 29, 2007 8:48:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

qué pasó Lucho?

No entendí bien, el Post.

Un abrazo.
Alan

 
At lunes, octubre 29, 2007 10:41:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

Es necesario aclarar a que te referís. Dale, largá, para eso somos lectores fieles.

 
At lunes, octubre 29, 2007 10:50:00 a. m., Blogger Lucho Bordegaray said...

Me refiero a la gente que hizo correr mails que profetizaban fraude. Gente a la que la política poco y nada le ha importado y que, de reprente, le dio un ataque de compromiso democrático que en realidad era apenas una reacción epidérmica: hacen circular noticias alarmistas pero no son capacez de mover un dedo para impedir el fraude que anuncian.
¿Entendieron?

 
At lunes, octubre 29, 2007 8:00:00 p. m., Blogger Grendel said...

Entré a mandar un comentario para decir que no entendía tu post. Menos mal que lo aclaraste. Si te referís a gente que antes votaba en blanco o a Clemente y que ahora se rasga las vestiduras por un supuesto fraude, pienso igual que vos. Yo ayer no pude votar (ya lo puse en mi blog) por primera vez en mi vida, porque "alguien" ya lo había hecho por mí. No puedo pretender ser tan egocéntrico como para hablar de fraude sólo porque yo no voté. En el fondo, tiendo a creer que el resultado de la elecciones de ayer debe atribuirse a la idiotez que abunda más en la Argentina que la soja. Sino, francamente no tengo elementos para explicar cómo, al 46% de la población le parecen más importantes los juicios a algunos malditos del pasado (no veo a Menem ni a Cavallo enjuiciados) que la inflación del hoy. Ayer todos se quejaban porque todo aumenta y el presidente y su esposa decían que no. Y hoy los votan. No...ya no encuentro explicaciones "racionales".

 
At lunes, octubre 29, 2007 8:49:00 p. m., Blogger Fender said...

Yo creo que las ideas se detentan. Y son incómodas por eso: porque no sirve el ser como el profeta en el desierto, sin SER EL PROFETA.
No creo que haya profetas entre los "forwarders" de cadenas.
Como usted dice, hay pelotudos, más bien. Algunos son bien intencionados -pocos- y con una explicación son recuperables. La mayoría -una triste e imbécil mayoría de ellos- no tienen recuperación.
Aún en la Argentina la gente no conoce el valor de su voto. Estoy harto de oír la letanía "no voto a fulano porque no tiene chances", "me gustaría votar a fulano, pero como no va a ganar, ni voy", etc.
¡Estoy harto!

 

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