adiós protesta (por la testa de pro)

Cuánta gente debe haber arreglado con Mauricio como para que nadie, pero nadie de ninguno de los sectores amenazados con cesantías, cierres de proyectos y despidos por la versión amarga del joven manos de tijeras haya abierto la boca y salido a la calle a protestar por las barrabasadas que el electo jefe de Gobierno desliza, propone o afirma. Porque el momento de la protesta es éste; una vez que asuma, aunque sea con cien caníbales organizará su deseada policía a la que justamente soltará para reprimir la protesta social.
Siempre hay gente de mierda que, creyendo que así se favorece, está dispuesta a allanarle el camino a unos pocos hijos de puta que, por sí mismos, no podrían hacer su tarea de robos, exterminios, crímenes y demás delitos.