cabezas frescas, mercados calientes
Estuve leyendo acerca de la cantidad de energía que se consume para mantener frescos los edificios. Es alarmante: parece que el promedio indica que la sexta parte de la energía eléctrica mundial es utilizada para equipos de aire acondicionado. En España (no hay caso, siguen actuando como nuevos ricos), según el Ministerio de Industria de ese país, el consumo de energía por aparatos de aire acondicionado domésticos representa aproximadamente un tercio del total nacional.
Pero no hace falta ver datos del exterior: alcanza con abrir los ojos en las cercanías. Los edificios comerciales suelen carecer de ventilación, por lo que una buena tormenta nocturna de verano –de las que soplan un viento fuerte y fresco que lleva la temperatura a los 20ºC o menos– será absolutamente desaprovechada ya que esos edificios son herméticos y conservarán el calor de la tarde anterior. El personal de seguridad o los encargados tienen órdenes de encender los equipos de aire a primera hora de la mañana, para que al llegar los empleados puedan ellos disfrutar del aire fresco, señal de los buenos cuidados que les dispensan los directivos y gerentes de la casa, pero jamás se les permitirá abrir las ventanas (en la mayoría de los casos, porque no las hay; una pared de vidrio no responde al concepto ventana) para que entre el aire de la mañana. Y no es extraño que la misma gente que en invierno pide que la calefacción lleve la temperatura ambiente hasta los ridículos 24ºC, en verano pretenda refrigerar su imbécil humanidad a 18ºC.
Pero si Crónica TV nos tiene acostumbrados al eslogan “Estalló el verano”, no menos cierto ni menos evidente es que explotó el mercado, y a la expansión económica hay que dejarla seguir su camino, sin importar el tendal de problemas que nos deje para mañana a la tarde: hoy hay dinero y hoy hay que reventarlo. Y parecería que todo argentino que se precie por haber superado la crisis de 2001 tiene aire acondicionado en su casa (otros símbolos de la misma mejoría han sido las zapatillas carísimas, los teléfonos móviles con cámara y los reproductores de mp3 en el segmento adolescente –incluyendo los tardíos– y los vehículos 4x4, los televisores de plasma y las obras de artistas jóvenes consagrados por galeristas piratas en el segmento jóvenes y adultos jóvenes).
Sin embargo, la histeria compradora no sólo se calma adquiriendo equipos de aire acondicionado, sino cualquier otro producto. Y para que el comprador se sienta cómodo, los comercios ofrecen sus locales frescos, frescos los pasillos de los shoppings o galerías en las que se encuentran, frescos los estacionamientos subterráneos… Y la mayoría de esas construcciones tienen enormes accesos abiertos, por lo que un alto porcentaje del aire frío se pierde por las puertas.
Mientras tanto, por pura casualidad, se ha llegado a los records de consumo de electricidad y, a la vez, reaparecieron los cortes. Y así se dan la mano –aunque no quieran, aunque digan no darse cuenta– los que siempre desearon vivir en “un país en serio” con los que usan esa misma frase como eslogan de gobierno.
1 Comments:
che, hablando de aires acondicionados, hoy escuchando una propaganda en la radio me surgió una pregunta: las frigorías adelgazarán????
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