jueves, agosto 03, 2006

viva el cáncer

Cuando, a causa del cáncer que se le había originado en el útero, Eva Perón agonizaba en el palacio Unzué (en el mismo solar porteño donde ahora se levanta el edificio de la Biblioteca Nacional), alguien escribió sobre el muro que daba a la calle Austria “viva el cáncer”. Y parte de la sociedad argentina brindó y celebró su muerte la noche del 26 de julio de 1952.
Cincuenta y cuatro años y un par de días más tarde, Fidel Castro delega provisionalmente la presidencia de Cuba porque debe ser intervenido quirúrgicamente. En Miami, miles de disidentes, refugiados, exiliados o como quiera llamárselos, salieron a las calles a celebrar la noticia y hacer augurios para que el octogenario Castro no supere tal operación y muera pronto.
En uno y otro caso, la inmensa mayoría de quienes festejaron se arrogaban la representación de la más pura tradición occidental y cristiana.
Si la historia se ha repetido para mal, poco podremos esperar de este occidente cristiano. Al menos, tal y como está ahora, así de cristiano y así de occidental.

Nota: pido a los y las idiotas que merodeen por este blog tengan a bien no hacer comentarios basados en que he defendido a Eva Perón o a Fidel Castro. De todos modos, como los y las idotas son imprevisibles, seguramente harían notar su limitado razonamiento a través de otra endeble línea argumentativa