domingo, junio 03, 2007

45%

¿Qué son? ¿Un 45% de frívolos que aman las vacaciones en Punta del Este y las fotos en la revista Caras? ¿Un 45% de delincuentes que se identifican con los grandes evasores? ¿Un 45% de descerebrados que creen que el progreso es generar desocupación y miseria? ¿Un 45% de idiotas que adoran escuchar a un candidato preocupado por el transporte público y se niegan a reconocer que él mismo es dueño de buena parte de ese mismo transporte? ¿Un 45% de irracionales que le entregan el Estado a quien le robó, negoció suciamente y propició la destrucción del Estado? ¿Un 45% de subnormales que creen que un puñado de eslóganes son un discurso brillante y síntoma de una nueva política? ¿Un 45% de tarados que suponen que la nueva política son los mismos que sostuvieron y transaron y festejaron con la vieja política? ¿Un 45% de cagones que suponen que meter presos a los morochos es una política de seguridad? ¿Un 45% de miserables que quieren pavimentar la miseria? ¿Un 45% de fanatizados que creen que un club de fútbol semi vaciado a favor de la dirigencia con nombre de empresa tercerizada es aval de algo? ¿Un 45% de amnésicos que olvidan preguntarse por los alcances de la palabra (caballito de batalla) “gestión” en el privatizado Correo Argentino? ¿Un 45% de inhábiles mentales que adhieren al discurso de quien lleva cinco años diciendo sin parar que “hay que dejar de hablar”?
No, no; es mucho más simple y alarmante: vivo en una ciudad habitada por no menos de un 45% de gente de mierda. No hay muchas más manera de ver a ese 45%.
Pero tengo que sumar a algunos más. Tengo que sumar a los que pusieron su mezquina ambición partidaria o personal por delante del bien común, como los nacidos en la improvisación para llegar al poder que mordieron el anzuelo de un pacto golpista con el mismo que hoy se los arrebata, y los patoteritos que salieron a escupirle el asado a los improvisados porque se cagaban en las patas de solo pensar que –si quedaban afuera– deberían negociar alguna mordida en el futuro porteño con la rata empresaria a la que apenas objetaron.
Esto costará exclusión, represión, hambre y sangre. Y como el poder no está tan expandido como para alcanzar a un 45% de la población, es indudable que no pocos de los que forman ese 45% que avala (sabiéndolo o no) exclusión, represión, hambre y sangre a futuro serán también objeto de esa exclusión, represión, hambre y sangre.
Y buenas noches, para los que crean que hoy se puede dormir bien.

1 Comments:

At lunes, junio 04, 2007 9:47:00 a. m., Blogger Fender said...

En "La inmortalidad", Milan Kundera se refiere a los "Bernards", gente que contribuyen con su acción positiva a su propia ruina: son los que cavan voluntariamente su propia fosa, los empleados viejos que capacitan en SU puesto a los nuevos, los que le presentan a su mujer su futuro amante.
Bueno, hoy buena parte de ése 45% de los electores de Buenos Aires son Bernards. Pero es el precio de la democracia, don Lucho. Qué le vamos a hacer.
Ya haremos alguna alianza CONTRA Macri, porque es lo único que nos une a los argentinos: EL ESPANTO.

 

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