miércoles, abril 18, 2007

perversos que educan

Comentaba anteayer mi visión acerca de la influencia del deporte mercantilizado en ciertas conductas sociales. Cómo no continuar hablando en esa misma línea pero poniendo el foco en la televisión. Y cuando digo “la televisión” estoy refiriéndome a esa fauna siniestra que conforman algunos de sus personajes, ya sean –hombres o mujeres– conductores de ese medio, actores, periodistas, productores, gerentes de programación, mediáticos, famosos, participantes, panelistas, opinólogos y varios etcéteras más, que manipulan la información, deforman la realidad, evitan las problemáticas profundas, vulgarizan temas, relativizan a su antojo dramas o situaciones vergonzosas, mienten sensibilidad social desde su más relajada comodidad, cacarean el reclamo de mejoras para los olvidados (ahora queda bien decir que el estado debe hacerse cargo de todo) y, por sobre todo, meten miedo cada vez que pueden dándole manija al tema de la inseguridad.
Sin tener un dato cierto, tengo la certeza plena de que no es casual el repentino ascenso de Marcelo Tinelli en los albores del menemismo. La política de entonces lo necesitaba, y la de ahora, la que se dice “nueva”, sea oficialista u opositora, no está en condiciones de despreciar sus servicios. La televisión basura de Tinelli fue un puntal indispensable para generar actitudes que sostuvieran y avalasen al individualismo, la desvalorización y hasta el desprecio por el otro, la interpretación ajena de lo patente, la aceptación de la confabulación como simple espontaneidad.
Explico y aplico. Sus cámaras ocultas callejeras molestaron, se burlaron y denigraron con impunidad a miles de personas –y con particular ensañamiento para con los ancianos– para la satisfacción de quienes veía sus programas, admitiendo y consagrando un sistema que permita usar del otro a mi antojo. La permanente explicación que hizo y hace de lo que sucede a la vista de todo el público, ya sea comentándolo en cámara o en off, con palabras o con gestos, garantizó y garantiza una base social amplia que –aun viendo la realidad– atiende y se atiene a la interpretación que otro le da de ella, facilitando así la aceptación de cualquier discurso (desde el “Estamos combatiendo la desocupación” mientras se la generaba hasta los actuales niveles oficiales de inflación). Y aquellas cámaras ocultas que se hacían con la complicidad de un amigo o pariente, cuya víctima luego decía que nada había sospechado y terminaba ganando algunos premios, ¿carecen de relación con la pretensión de hacernos creer, por ejemplo, que tres ministerios se involucraron en una misma acción delictiva pero que jamás se trató de una asociación ilícita? Y más, y más, y más...
Si fue casualidad, fue mucha, fue excesiva casualidad. No estoy pensando en una conspiración capitalista que puso a Tinelli en la televisión para desmantelar nuestro país, pero sí que, una vez aparecido ese mediocre, fue alentado desde el poder.
Pero no es el único, ni mucho menos. ¿Qué decir de quienes premian a cambio de la humillación, el maltrato o el sometimiento? Esa lección, tan conveniente para el sistema capitalista, nos la brindan –con molestia, modestia o estupidez– Gerardo Sofovich, Susana Giménez o Marley. ¿Querés lograr algo? Bancate el maltrato, hacé lo que odiás hacer, comé insectos o alienate encerrado durante meses.
Y cuando la derecha sale a escandalizarse porque en esos programas se ven culos y tetas y se dicen cosas corrosivas para la juventud, ¿no están invitando a un tropel de descerebrados a pegarse a esos ciclos? Porque cuando algo realmente les molesta, ni lo nombran para que nadie se entere de su existencia.
Me faltó decir algo en el post anterior, y lo digo aquí, cerrando éste: no pretendan hacerme creer que los deportistas y las figuras de la televisión son inocentes frente a esto, o que lo hacen sin saber. Nadie puede alegar su ignorancia o su incapacidad de sospecha frente a sueldos y contratos impúdicamente desproporcionados en un mundo hambreado. Son cómplices, les guste o no, lo asuman o no, lo piensen o no. Son cómplices, lo paguen o no.

3 Comments:

At jueves, abril 19, 2007 9:40:00 a. m., Blogger Cassandra Cross said...

Mire, don Lucho, yo mucho no puedo agregar a su análisis tan sesudo, pero desde ya me ha dejado un par de cuestiones dando vuelta en el mate.

Uno siempre tiene los cabos para atar, pero a veces necesita de una pequeña ayudita (la perspectiva del otro) para que muchas cosas cierren. Yo creo que con un poco de sentido común, y esforzándose por salir unos minutitos al día de la alienación a que te someten los medios, la televisión, la cotidianeidad, se puede re-aprender a pensar de manera crítica y a construir una conciencia colectiva. O al menos, un espacio de debate que tanta falta viene haciendo.

 
At viernes, abril 20, 2007 3:52:00 p. m., Blogger sofia martina said...

Luchín:

1- Tenés blog desde mayo del 2006? que avanzado!!!

2- No te deprimas, los medios son patéticos ya lo sabémos, ai susana, tinelli, existen o se mueren me da igual. Hay mucha gente que está haciendo cosas copadas y yo me engancho con ellos, hace poco surgió una discución sobre eso y otros temas más y si valía la pena jugarse x la vocación, te paso un link que refleja mucho mi opinión y sobre el cual también discutimos http://www.cruzandopalabras.idoneos.com/index.php/Exito_y_fracaso
(a lo mejor ya te lo pasé x mail).

3- Te voy a agregar a mi lista de links.

4- el nombre del blog me hace acordar a "Apocalípticos e integrados" era así no? el libro de Eco, a mí también me encanta el chabón asi que ya sabés que regalarme para mi cumple, no me vengas con un muñequito de los pitufos, jajaja!

besos
PD: Después chusmeo el otro blog

 
At domingo, abril 29, 2007 9:39:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hola lucho, que lindo el blog! convoca desde una verdad! y que bien nos hace el diálogo y el intercambio de pereceres a los excluidos pero tecnologizados, lo quieran o no somos parte del globo que globaliza...

Rescato especialmente la posibilidad de realizar este ejercicio de memoria que implica que "Sus cámaras ocultas callejeras molestaron, se burlaron y denigraron con impunidad a miles de personas", cuando se refiere al mismo personaje siniestro que muestra su bocota abierta a diario provocando "mercantilmente" un efecto adormecedor y pretendidamente ingenuo, cuando sumerge a las personas sus en "juegos" mientras se llena los bolsillos y se gana uno de los lugares mas reactivos, al lado del poder.

En fin... vuelvo a lo importante: compartimos el gusto por Mallea y eso es digno de destacar y me llena de alegría.

Saludos, Estela

 

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