perlas post electorales
Por fuera de tanta mezquindad, un mensaje alentador de Elisa Carrió: “Quédense tranquilos: ya llega la luz”. Lamentablemente, no se trata de un dato cierto acerca del fin de la crisis energética sino de un capítulo más de su delirio místico que, en el plano de la política, sólo puede ser tomado en sorna. Como casi todos sus mensajes: alentadores pero inútiles o, peor aún, calmantes para achatar la inquietud social con esperanzas cuasi teologales.
Patricia Walsh, apresurada, en miras al ballotage da libertad a quienes la votaron. Sin dudas, siguiendo una vieja tradición de las “histeriquierdas” vernáculas: “Fuera de nosotros, el resto es todo lo mismo”. Patricia debería consultar a una médium y preguntarle si a su papá le hubiese parecido lo mismo un hipotético –y quizás patético– gobierno de coalición encabezado por Balbín que la dictadura que terminó con su vida.
Alberto Fernández dice que el 55% no votó a Macri. Carrió dice que el 75% votó contra Kirchner. Sigamos, chicos, con este juego: el 80% votó contra Carrió: el 99,8%, contra Rico; el 96% votó contra la izquierda fragmentada; el 99,6%, contra el porro cherashnysta, y así… hasta concluir que todos estamos contra todos. Y entonces… ¿se la bancarán? Hablan como si el “Que se vayan todos” (que capitaliza Macri) no hubiese estado dirigido también a una (profeta inoperante) y a otro (entonces operador del mismo cínico que desató la crisis, el estallido y la bronca popular).
Para completar el raro panorama de anoche, no hay noticias de que haya habido un saludo de Néstor Kirchner a Mauricio Macri. Raro, ¿no?, porque a Jorge Sapag, continuador del fusilador de maestros, sí lo llamó para desearle un buen gobierno. Kirchner llamando a Sapag… ¡eso sí que es Pro!
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