lunes, enero 21, 2008

cinismo sobre el papel

Ayer, el título de tapa de La Nación decía: “La producción de Botnia no causó daño ambiental en Gualeguaychú”. La nota continuaba en página 7, ilustrada con la foto que está aquí debajo; allí, el título estaba reducido: “Botnia no causó daño en Gualeguaychú”.
Mirá la foto y decime si Botnia no causó daño en Gualeguaychú.


sábado, enero 12, 2008

sentido adiós a Sandra Russo

Raro tener que despedir a alguien que uno imaginaba siempre estaría. Pero algunas personas se van de esta vida, otras se van a otra vida; como fuere, se van. Y Sandra Russo se fue.
No es algo repentino, porque venía dando signos de que ya no estaba del todo, pero eran signos leves. O quizás no eran tan leves y uno se esforzaba por seguir viéndola como siempre. Pero ya no, porque Sandra Russo se fue.
Algo es seguro: no voy a tener que usar la frase “tras una larga y penosa enfermedad”, porque no sé si ha sido larga, pero penosa seguro que no le resultó, porque la está disfrutando mucho. ¡Ah! Y más seguro aún es que Sandra Russo se fue.
Hoy, en su Contratapa de Página/12, publicó Los derechos de los niños cuatri (ver aquí
). Raro texto: es una nota que no llega a los 6500 caracteres, de los cuales Sandra usa casi 4000 para justificarse. Porque escribe sobre los chicos que veranean en Cariló, y lo hace con conocimiento de causa: está en Cariló, veranea en Cariló desde hace más de doce años, le encanta Cariló.
Russo dixit: “Los habitués que graduamos nuestras estadías de acuerdo con cómo nos haya ido puntualmente cada año venimos a descansar sobre nuestro costado más burgués. Los progres, por identificarlos pronto, que venimos a Cariló, nos pasamos todo el año intentando aplastar esa parte nuestra. Es necesario aplastarla porque, al menos a mi entender, es la parte que no nos permitiría sostener algunas ideas fuerza que no tienen nada que ver con nuestros intereses individuales. Pero la gente no nace de un repollo, ni alcanza con explicar qué tipo de hombre puso la semillita en qué tipo de mujer para traernos al mundo. Caray, tanta parrafada para decir que veraneo en Cariló porque el bosque está bueno, pero además me provocan descanso las playas limpias, el silencio, la prolijidad, lo que se ve se mire hacia donde se mire. Todo es lindo. Perdón, perdón, no puedo evitarlo. Lo lindo me atrae”.
Y queremos decirte, Sandra, en esta despedida, varias cosas sobre tus palabras recién citadas.
Era innecesario querer amortiguar el impacto con eso de que graduás tus estadías de acuerdo con cómo te haya ido puntualmente cada año, porque si vas a Cariló, aunque sea una semanita, seguro que te fue más que bien. Si estás tan lejos de la realidad, Sandra, podrías haberle preguntado a cualquiera que le haya ido “ajustadamente bien” o “más o menos” cuántas horas podría pasar en Cariló este verano.
Si en tus vacaciones te gusta recostarte sobre tu costado más burgués es porque “tu costado progre” tranza durante el año laboral; y aunque pretendas escribir con la izquierda cobrás con la derecha para financiarte el descanso. (Ahora que lo digo, ¿no había sido Lanata quien dijo “Aquí se escribe con la izquierda pero se paga con la derecha” cuando enfrentó un planteo salarial de los periodistas en Página/12, en la primera mitad de los ’90? De haber sido así, Sandra, aprendiste muy bien la lección y no por nada seguís en tu lugar; pero si no fue así, Sandra, de algún otro maestro aprendiste muy bien la lección y no por nada seguís en tu lugar.)
Si te pasás el año intentando aplastar tu costado más burgués para “sostener algunas ideas fuerza que no tienen nada que ver con nuestros intereses individuales”, permitime que dude de la fuerza de tus ideas fuerza.
Y no hay por qué perdonarte porque te atraiga lo lindo. No, Sandra: a todos nos gusta, excepto a quienes nacieron tan lejos de lo lindo que no pueden verlo ni conocerlo ni, por lo tanto, desearlo, por lo que terminan aspirando a mojarse los pies en un charco o a encontrar en una bolsa verde un Big Mac a medio comer, cosas que nunca son lindas pero resultan necesarias cuando tenés los pies calientes sobre la tierra seca o la panza estrujada por el hambre. Está bien, Sandra, que te guste lo lindo. Pero también estaría bien que abrieras un poco los ojos y te dieras cuenta de que esos días en que das rienda suelta a tu costado más burgués se sustentan gracias a que acumulás muchos trabajos, y que con un par de ellos ya podrías vivir más que bien. Porque alguno de tus trabajos podría estar haciéndolo otra persona que, preparada para hacerlo, hoy está atendiendo un kiosco; así, la chica que vende curitas puerta a puerta podría atender el kiosco, y el que cartonea podría vender curitas. Y así, gracias a vos, el mundo sería un poquito más lindo en otra parte y no sólo en Cariló. Si abrieras los ojos, Sandra, podrías ver que cuando te escapás a gozar de lo lindo (que para vos es lo lindo y exclusivo), estás agrandando lo feo. Y si lo feo se agranda, cada vez los lindos lugares serán más chicos, hasta que un día no habrá lugar para vos, sino sólo para los que no necesitan graduar su estadía según cómo les haya ido.
Sandra, gracias por tus palabras. Nos aclararon que vos también sos parte del problema, no de la solución. No tengas miedo: no sos la única que se fue, así que estarás muy acompañada por una banda de progres e incluso hasta comunistas muy revolucionarios que no quieren entender que en el mundo no alcanza para que todos vivan como vos pretendés, y que al hacerlo están cagando a algunos o a muchos.
Y aunque no estás muerta, te fuiste y tus ojos se cerraron.
Chau, Sandra.